"La esencia de la arquitectura es el espacio y la del espacio es el vacío".
Esta es la fórmula que define ahora mismo mi vida.
Intento aprender a controlar la velocidad que es, de las tres, la que más me preocupa junto con el tiempo, por la mezcla tan dañina que produce en mí, y creo que en toda la humanidad.
Corro para hacer las cosas de la casa, corro con el coche para ir de un sitio a otro, corro para hacer los recados, corro para preparar las cosas del trabajo, corro para hacer la comida, corro para tener más tiempo para dormir o para descansar, corro porque tengo muchas cosas que quiero leer, corro cuando camino, cuando estoy parada, cuando estoy sentada en el sofá, es un estado interior que se ha apoderado de mí.
Correr me ha hecho poco a poco incapaz de pararme.
Ahora tengo varios proyectos incompatibles con la prisa y, estoy algo asustada. No se si voy a poder cambiar la velocidad que llevo dentro. Realmente la quiero cambiar. Tengo el cuerpo y la mente cansadas de hacer no se el qué, y aún así, el tiempo siempre falta.
Me gustaría vivir lo que hago sin pensar en lo que tengo que hacer después. Aprender a ir lenta y a disfrutar sin que me de un ataque al corazón.
El espacio es, de la fórmula, lo único que se me da bien. Por algo se empieza ¿no?.
Ay Guerrera... te entiendo perfectamente, pero creo que no estoy hecho de ese molde (a día de hoy).
ResponderEliminarCreo que es muy "sano" tener muchos proyectos, lo malo es que el tiempo nos come. Hace unos días un ex-compañero me dijo: Quitaté horas de sueño, porque sino es imposible.
Con lo que me gusta dormir, y con lo poco que me gusta estar cansado de trasnochar.
Ahora que me doy cuenta, soy un perro de cuidado.
Guerrera, admiro tu entusiasmo y me alegra que, al menos, se te dé bien una de las variables.
ResponderEliminarYo ya tuve que asumir que, aunque sea de ciencias puras (no me queda otra), siempre me salvaron el culo las letras...
Doy fe de que es compatible tener mucha actividad y no agobiarse. El tema puede que no sea dejar de hacer tanto como seleccionar qué hacer y, sobre todo, cuánta energía dedicamos a cada cosa.
ResponderEliminarBueno y, por supuesto, centrarse en el aquí y el ahora. Cuando toca comer, comer, cuando queremos dormir, dormir.
Es un entrenamiento que nos permita ser conscientes de lo que estamos haciendo, sea lo que sea, en lugar de hacer mientras nuestra cabeza se PREocupa por lo siguiente.
Suerte, es un trabajo duro pero reconfortante.
Hola anonimoaveces.
ResponderEliminarEn mi caso no creo que sea cuestión de necesitar dormir más (que siempre viene bien), sino de cómo afronto cada cosa que hago. Es decir, aprovechar las horas de sueño, en lugar de pensar en cuantas son, estar tranquila y relajada ante cualquier actividad que emprendo en vez de alerta y tensa intentando estar en todos lados.
Siempre he querido llevar todo para delante y está visto que hay que dejar cosas atrás. Y es eso, lo que llevo regular.
Un beso a ese perrete que llevas dentro y otro a Lucky.
Roki, como siempre, tus comentarios y tú apoyo me tranquilizan.
ResponderEliminar¿No me estarás utilizando de conejillo de indias con algún tipo de sedante de esos que manejas, no?.
Que eso de que controles de ciencias puras y de letras, te hace potencialmente poderosa, je,je.
Hola Juan Pablo.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, pero ¿el hecho de seleccionar qué hacer no implica también dejar de hacer?.
Creo que eso es lo que me come, dejar de hacer, y por eso corro para hacerlo todo.
Creo que tienes razón y que hay que seleccionar en qué empleamos nuestro tiempo y nuestra energía. Aprender a dejar cosas sin hacer, o simplemente para otro día, porque realmente no sean más importantes que nuestra armonía.
Me han acostumbrado, como mujer, a mirar hacia afuera en lugar de hacia dentro.
Ahora me entreno diariamente con las ayudas que me das para conseguir sentirme mejor conmigo misma.
Gracias por la paciencia.